Jayne.
He dedicado mi vida a defender a los clientes contra la injusticia, pero el imponente macho alienígena que me ha capturado no cree en la inocencia hasta que se demuestre la culpabilidad. Lo único que le importa al Comandante Rexitor es su precioso Imperio y yo soy su mayor amenaza. Este alienígena se va a asegurar de que pague por mi crimen. La justicia de Haalux es rápida y brutal, como él. Pero yo creo en la justicia y estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para sobrevivir, incluso si eso significa desafiarle a él o al Imperio. Pero lo único que no voy a hacer es pedirle ayuda, porque lo que veo en sus ojos significa que voy a tener que renunciar a mucho más de lo que esperaba si lo hago.
Rexitor.
Rexitor.
No quería tener nada que ver con la criminal. Ella dice que es inocente, pero también el resto. Insiste en que entiende la justicia, pero ¿qué puede saber una humana de la justicia? Las pruebas hablan por sí solas: ella es la asesina. Jayne se enfrenta a la ejecución, y yo perderé las suaves curvas y la voz tranquila que llama a mi lado primitivo de una forma que nunca creí posible. Los guerreros Haalux marcados como yo no merecen una compañera, lo he aceptado. Pero ella está aquí y está destinada a ser destruida frente a mí. A menos que la reclame primero.
Mil gracias a N!
Mil gracias a N!
Publicar un comentario
Publicar un comentario